Fué ayer, me desplacé hasta Calp (provincia de Alicante) para asistir a la boda de unos amigos cuando me llevé una grata sorpresa al ver el lugar elegido para la celebración, un caserío antiguo reformado en lo alto de una colina con vistas al mar. Y allí sucedió, tuve tantas y tantas ganas de hacerles fotos durante todo el día, miraba al fotógrafo y veía que solo se centraba en las personas, pero no en los gestos en los detalles y esas eran las fotos que a mí me inspiraba hacer.
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